martes, 25 de abril de 2017

POLÍTICAS DE GÉNERO Y VIVIENDA I

BERTA ES INVISIBLE

Alejandro, ex pareja de Berta, se marchó el verano pasado. Abandonó su casa, su pareja y su hijo e inició una nueva vida lejos de Madrid.
Está deprimido, dice. POBRE.
Su estado anímico no le impidió, sin embargo, enviar un burofax a su casera, dando por finalizado el contrato de alquiler que firmó en 2011, poniendo las llaves a su disposición. Se le olvidó un detalle insignificante: él ya no tenía llaves de la vivienda. Allí se quedaron Berta y su hijo de 11 años.
Berta no puede deprimirse, es un lujo reservado para varones. POBRES, la vida se les hace cuesta arriba. 
Estar en proceso de superación de un cáncer de mama, pendiente de reconstrucción, no es motivo para desfallecer. 
Que tu hijo presente desde pequeño problemas de relación con su entorno y finalmente sea diagnosticado de síndrome de Asperger (una forma de autismo) tampoco. 
Que tu pareja huya de toda responsabilidad para con su familia, te deje prácticamente en la calle y además te culpe de su situación no es nada.
Encontrarte de repente con ingresos cero, depender de redes de solidaridad para comer, tramitar una Renta Mínima de Inserción, hacer frente sola a la educación -diferente- de tu hijo, solicitar abogada de oficio para divorciarte del pobre Alejandro, recibir una notificación de desahucio ante la que no te puedes defender, solicitar la evaluación de la discapacidad...

Berta es invisible para la justicia

Alejandro, pobre de él, fue demandado por impago de alquiler. A pesar de haber dado por finalizado su contrato, al seguir residiendo en ella Berta y su hijo (ni tenían, ni tienen, donde vivir) su casera decidió que este era el modo más rápido de desalojar la vivienda. Estaba en lo cierto.
Berta no es titular del contrato de alquiler, sólo estaba a nombre de su ex pareja. Cuando recibió en su casa la demanda, se presentó en el juzgado de primera instancia nº 51 de Madrid dispuesta a explicar su situación, y defender los intereses de su hijo, menor de edad.
Le dijeron que no es parte, que no ha sido demandada y que no se puede personar en la causa. QUE NO ES NADIE. Reside en la casa objeto de demanda desde 2011 pero no puede alegar nada, ni tan siquiera se le reconoce el beneficio de justicia gratuita (que un abogado de oficio se persone en la causa para defender sus intereses).
El 19 de abril, fecha fijada para el desahucio, Berta sólo ha dejado de ser invisible para la PAH. Se suspende por una semana por la presión de sus vecinas, organizadas, resistiendo frente a un portal ante el que se presenta una comisión judicial que le vuelve a recordar a Berta que no es nadie. Se fija nueva fecha: 26 de abril, 9.30h y se lanza un aviso: no habrá más prórrogas. 
Hoy, 25 de abril de 2017, Berta regresa una vez más al juzgado 51. Queda un día para el desahucio, Berta ha solicitado por escrito que se le permita defenderse y Servicios Sociales ha remitido un escrito solicitando un nuevo aplazamiento, esta vez por 15 días, para gestionar una alternativa (de la que hablaremos más adelante).
La respuesta viene en forma de NO y de guardas de seguridad:
El escrito de Berta ha sido rechazado, la juez ni siquiera lo ha leído. En el procedimiento solo figura como demandado el pobre Alejandro. Berta es invisible.
La solicitud de Servicios Sociales se ha remitido a la parte demandante. Sólo la propietaria de la vivienda en la que residen puede acceder a ese aplazamiento.
Protesta Berta, protestamos con ella: queremos audiencia con la jueza, explicar su situación vital, las enfermedades que impiden una vida normal, la ausencia de respuestas institucionales....llaman a la seguridad del edificio y...FIN.
Toca volver a casa, terminar de recoger y decidir si finalmente irán a un albergue proporcionado por el Samur Social, a kilómetros de distancia, o aceptan el sofá que ofrece temporalmente una amiga.
No se va a convocar otro stop desahucio, no vamos a exponer nuestros cuerpos, ni el de Berta, ni el de su hijo.
A partir de mañana, que sean otr@s quienes preparen sus cuerpos. Escupiremos a la cara de quienes nos niegan. 

Berta es invisible para la EMVS

Entre la primera y la última visita al juzgado, hay un periplo interminable entre Servicios Sociales y la EMVS (la empresa pública de vivienda y suelo de Madrid).
Desde el primer momento, en la Asamblea de Vivienda de Latina se asesora a Berta sobre la posibilidad de solicitar vivienda de emergencia, entendemos que cumple los requisitos: desahucio por impago de alquiler, ausencia de medios económicos para buscar alternativa en el mercado de vivienda, discapacidades en la unidad familiar.
Primer obstáculo: Berta es invisible. Va a ser desahuciada, pero la demanda no viene a su nombre. Lo salvamos, pero lo peor está por llegar.
En una sociedad que presume de puesta en marcha de políticas de género por doquier (incluida una ley de violencia de género incapaz de evitar la muerte de decenas de mujeres cada año a manos de sus parejas o ex parejas), en un Ayuntamiento -Madrid- que acaba de estrenar la tan cacareada Concejalía de Igualdad (risas), Berta y su hijo constituyen una UNIDAD FAMILIAR NO PERMITIDA.

Oigan, la frase nos ha dejado a cuadros. No nos cabe más estupor en el cuerpo.

Para poder ser adjudicataria, Berta tendría que tener en la mano una sentencia firme de divorcio.
O que en la solicitud figurase el POBRE Alejandro (solo o con su depresión, tanto da).
La EMVS presume de luchar contra la picaresca. No tuvieron tantos miramientos cuando vendieron miles de viviendas sociales a fondos de inversión. 
Cuentan que, pese a tener un convenio regulador de divorcio (privado aún) y una demanda de divorcio presentada y admitida en el juzgado, no es posible admitir su solicitud. No sea que, finalmente, no se divorcien. Y eso sería extremadamente grave, parece ser. 
Berta mañana estará en la calle. Porque un hostal no es un hogar, ni el sofá de una amiga tampoco. 
El régimen de adjudicación de viviendas por emergencia es, y debe ser, flexible e interpretable. No es posible solicitar documentación a, por ejemplo, familias que acaban de sufrir el derrumbe de su casa. 
Tampoco, desde nuestro punto de vista, es posible exigir a Berta que esté formalmente divorciada para reconocer que se encuentra en situación de exclusión residencial. Ella no es responsable de los tiempos de la justicia.
No nos engañáis, detrás de la exclusión de familias del régimen de emergencia sólo está vuestra incapacidad de ofertar viviendas, a pesar de contar con viviendas vacías y con un convenio con la Sareb que aún no habéis puesto en marcha tras más de un año firmado.

Toca organizarse para autotutelar el Derecho a Techo de Berta y su hijo.

Seguimos, pese a todo.