Este
lunes 16 de febrero nuestra vecina Charo
ha sido desahuciada de la vivienda en la que residía con sus dos hijos de 5 y 8
años.
Este
no es el primer desahucio que vive Charo, quien ya fue desalojada hace 5 años de la vivienda
familiar en la que nació (en el Poblado de Puerta de Hierro), casa que fue
derribada por el Ayuntamiento de Madrid. Desde entonces ha estado viviendo
acogida por distintos familiares, trasladándose de casa en casa sin dejar de
buscar alternativas y esperando una vivienda social que nunca le fue
adjudicada, sigue en lista de espera.
Ante
esta situación, Charo decidió ocupar una vivienda vacía cuyos antiguos
propietarios abandonaron por miedo a las consecuencias de no poder hacer frente
a la hipoteca.
En
los últimos años, son miles las familias que, ante la falta de recursos
económicos y de respuestas reales a la emergencia habitacional desde las
instituciones, han tenido que ocupar viviendas vacías. Son nuestras
#VecinasOkupas, no delincuentes de las que tener miedo o a las que denunciar
por buscar un techo para ellas y sus familias.
Desde
el primer momento, Charo intentó negociar con Bankia, propietaria del inmueble,
para regularizar su situación mediante un contrato de alquiler social. Pero
Bankia no solo no quiere negociar sino que en la última visita a su sucursal
hizo uso de la violencia policial para echarnos de la entidad.
A
estas alturas somos ya muchas las que vemos a la policía y las instituciones
públicas como una fuerza de seguridad al servicio de los intereses bancarios.
Hemos vivido el despliegue de 8 furgones de policía del ayuntamiento de Madrid para
desalojar a nuestra vecina y sus hijos, presentándose a las 9 de la mañana,
acordonando la zona y con intención de ejecutar el desahucio sin la comisión judicial,
puesto que estaba previsto dos horas más tarde.
¿Y
después? ¿Qué ocurre cuando una familia es expulsada de la casa que habita y no
tiene alternativa habitacional alguna?
DIA
1
La
policía avisa al Samur Social, quien ofrece un "recurso de
emergencia".
Eso
sí, lo primero es lo primero: la burocracia, recoger lo más imprescindible y
trasladarse a unas oficinas donde se realizan esos trámites burocráticos. Estos
mismos servicios sociales se niegan a informar de la duración del alojamiento
que van a proporcionar.
De
ahí, en el caso de Charo, a un hotel de carretera, situado en un polígono
industrial de Vallecas. Un sitio impersonal, alejado tanto del colegio de los
niños como de la familia de Charo y todas sus redes de apoyo. Y con unos horarios
incompatibles con la vida escolar de sus hijos.
La
escolarización de los menores es obligatoria, pero nada te dicen de cómo
llevarles al colegio desde Vallecas a Príncipe Pío, a kilómetros de distancia.
DIA
2
Se
supone que Samur Social y Servicios Sociales trabajan en conjunto para ofrecer
soluciones, pero nadie se pone en contacto con Charo, como se habían
comprometido.
DIA
3
El
Grupo de Vivienda de Latina acompaña a Charo a Servicios Sociales y lo primero
que nos dicen es que no nos pueden recibir sin cita, deberíamos pedirla y
volver cuando haya hueco en la agenda. Ante nuestra insistencia, conseguimos
hablar con la directora y la trabajadora social.
En
principio nos dicen que la estancia de esta familia en el hotel donde han sido
alojados es por una semana, pero se podría prorrogar a petición suya. Esta
opción desaparece al cabo de una hora, nos trasladan que desde Samur Social han
denegado la petición, sin darnos motivo alguno.
Por
estos motivos os hemos convocado hoy, aquí, junto a la central del Samur
Social, desde donde ha partido esta negativa que enviaría a Charo y sus dos
hijos a la calle si no tuviese detrás de una red de apoyo, la que hemos creado
grupos de vivienda y PAH´s de todo el estado.
Charo
no está sola.
Porque
esta es la realidad que vivimos, defendemos la necesidad de crear un parque de
vivienda social, poniendo al servicio del pueblo las viviendas que nos han
arrebatado.
Exigimos
que las viviendas que ya hemos pagado entre todas, en manos de la Sareb (el
"banco malo") sean inmediatamente cedidas para uso de las personas
que, como Charo, no tienen alternativa habitacional.
Y
recordamos que aquellas viviendas que ya han sido recuperadas para este uso
social, a través de la Obra Social Madrid y Obra Social PAH, ya sean bloques de
viviendas o recuperaciones individuales, serán defendidas hasta el final; su
violencia judicial y policial no nos parará.
Defendimos
el derecho a techo de Jéssica, Elvira y Charo (desalojadas violentamente en
Madrid en las últimas semanas) y defenderemos el edificio Cadete (Madrid), el 6
de marzo Ca Esperança (Valencia) y todas las demás.
Ni
gente sin casa ni casas sin gente.
Grupo
de Vivienda Latina
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